Jaime Despree
Escritor residente en Berlín

Artículos

El imperialismo cultural anglosajón

Si estás pensando traducir tu novela al inglés para introducirte en los lectores anglosajones, ¡olvídalo! A menos que te llames “MacArthur” “Thomas” “Agnes” o “Christian” nadie te publicará tu libro, porque los norteamericanos y los ingleses solo leen a sus autores autóctonos, al menos eso es lo que he leído en un informe publicado en Internet. Mientras los europeos traducimos prácticamente todas las novedades del otro lado de Atlántico y del Canal de La Mancha, el año pasados traducimos más de 200 títulos, los norteamericanos apenas tradujeron al inglés 50 títulos. Sin duda que es una eficaz estrategia para que los jóvenes autores europeos estén contagiados de la pandemia del peligros “anglosajonvirus”, contra el que no tomamos ninguna medida profiláctica y dejamos que nos infecte alegremente. Estamos copiando sus tendencias y gustos por la literatura leve: fantasía, thriller policiacos, ciencia-ficción o ero-romanticismo, y nos hemos olvidado de la literatura comprometida, la novela-denuncia, testimonio de una época o simplemente la novela escrita con el corazón, que era hasta hace cuatro días la tendencia europea, y no con la única motivación de conseguir las cinco codiciadas estrellas, garantía de ventas. Hemos copiado hasta sus recargadas portadas. Claro que puede haber otra razón que los exculpe, como en el caso de España, donde la calidad de las novelas que se publican no merecen ni la electricidad que se gasta para traducirlas, porque en su gran mayoría son simplemente literatura basura, como el notorio caso de Lorenzo Silva, cuyo estilo sobresale por su vulgaridad, simpleza y falta de todo lo que se entiende por literatura, como puede comprobarse en este horrible diálogo de su última novela-basura: "Una tia desnuda con un par de balazos. Como en Los Ángeles. Qué pasada para este muermo de sitio". (Si fuera el alcalde de Los Ángeles simplemente de denunciaría por difamación). No digamos de los premios Planeta y Nadal, que parece que se han puesto de acuerdo para que la novela deje de ser un producto del alma humana, para escribirlas con la ayuda de un APP que se pueda qbajar gratis en Internet. Lo mismo sucede con la música. Quien sea de mi generación recordarán el fracaso de los Brincos cuando intentaron colocar su canción “Lola” en las listas de los hit-parades ingleses. En estos momentos en Alemania se está produciendo una música pop de gran calidad con excelentes arreglos, melodías, letras y cantantes, pero no los verán en las listas de éxitos británicas o de norteamérica a menos que las interpreten en inglés, como hizo ABBA.